Burjassot (València), 13.03.1923 – Granada 21.06.2001
Cursa estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos a la vez que se inicia profesionalmente como aprendiz de Ramón Andrés Cabrelles y Pedro Guillem Viguer que le instruyen en el dominio de las técnicas de la pintura mural y en el arte decorativo. Más tarde, asociado a Enrique Vidal Moreno entra a formar parte del grupo de pintores-escenógrafos de la compañía teatral de Enrique Rambal, comenzando a familiarizarse con la ambientación escénica. Con posterioridad ejerce de ayudante del pintor-decorador Enrique Guillot Bulls, siendo no obstante Fernando Guillot el artista que le adiestra en el proceso artesanal de la construcción de fallas. Tras realizar un sinfín de fallas infantiles decide enfrentarse personalmente a los grandes volúmenes de cartón-piedra y así en 1948 construye su primera falla (PI. Jesús: «Todo por las nubes»).
La primera fase de su producción (1948-1957) se inscribe dentro del convencionalismo morfológico y argumental al que se supeditan las fallas de la posguerra, siendo claro el predominio de asuntos de índole local. De 1957 a 1960 sin apartarse de la figuración comienza a experimentar con el equilibrio elaborando arriesgados catafalcos con remates estructurados en torno a armazones internos en forma de pirámide invertida («Estampes vermelles», Mar-Comedias 1959; «El món está desquiciat», Cádiz-Denia 1960). Sin embargo, es a partir de 1960 cuando sus fallas experimentan un cambio drástico a nivel temático y formal. El mimetismo es reemplazado por la abstracción y los temas se vuelven profundos y alegóricos para conseguir mayor transcendencia.
Es esta una etapa de profunda investigación donde el artista concentra la sátira en la más esquemática y estilizada representación plástica, valiéndose de materiales ajenos hasta la fecha a la construcción de fallas. Rubert juega, además, con la luz y el espacio, oradando el cuerpo central de sus «fallas desintegradas». En esta línea construye para la PI. del Mercado Central «Gepes acabaes d’eixir de l’ou» y «Abre genealógic de la por (1961 y 1962) y para la PI. del Caudillo: «Nuevo caballo de Troya» y «Pese a tantos» (1963 y 1964) que son, sin duda, sus obras más significativas.
En estos años Rubert desplegó puestas en escenas excéntricas e investigó nuevas texturas y materiales, todo lo cual le valió el calificativo popular de “El loco”.
Retirado de toda actividad fallera a partir de 1965 ejerce como ambientador cinematográfico («Doctor Zhivago», «Nicolás y Alejandra», «El Sur», etc.), decorador de salas de fiesta y cafeterías madrileñas y publicista, abordando también la realización de figuras y construcciones efímeras para parques de atracciones.
Hoy en día su obra está considerada como la precursora de las llamadas “fallas experimentales”.
Obras de ~: Todo por las nubes, Plaza de Jesús, 1948; Todo sobre ruedas, Plaza de la Merced, 1958; Estampas rojas, Mar- Comedias, 1959; El mundo está desquiciado, Cádiz-Denia, 1960; Jorobas acabadas de salir del huevo, Plaza del Mercado Central, 1961; Árbol genealógico del miedo, Plaza del Mercado Central, 1962; Made in made, En Bany-Torno del Hospital, 1962; Nuevo caballo de Troya, Plaza del Caudillo, 1963; Huevos y margaritas, Avenida del Oeste, 1963; Pese a tantos, Plaza del Caudillo, 1964; Dalí, Dalá, Dalú (la nueva ola), Molinell- Alboraia, 1964; So…cavones, Calabazas-En Gall, 1965.
Bibl.: V. Borrego, “Ricardo Rubert Andrés”, en Historia de las fallas, Valencia, Levante-El Mercantil Valenciano, 1990, pág. 348; “El vessant estètic”, en Associació d’Estudis Fallers, La festa de les falles, Valencia, Consell Valencià de Cultura, pág. 104-109; “Ricardo Rubert: mirando hacia atrás sin ira”, en El Casal Fallero (Valencia), n.º 1 (1990), págs. 106- 109; VV. AA., El indulto del fuego. Catálogo comentado de la colección de ninots indultados del Museo Fallero. Volumen I (1934- 1962), Valencia, Ayuntamiento, 2002, págs. 247-248.
Gil-Manuel Hernández i Martí